viernes, 16 de mayo de 2008

ATENCION (Cuento con reflexion abierta)

Un hombre caminaba distraído por las calles, sumido en sus preocupaciones. Tan absorto estaba, que no se dio cuenta que alguien le estaba previniendo que un vehículo iba a llevarlo por delante mientras intentaba cruzar la calle. Apenas tuvo tiempo de detenerse antes de quedar atrapado entre las ruedas.
El hombre siguió su camino, no menos preocupado que antes del incidente; si no que lejos de haberse detenido a pensar que salvó milagrosamente su vida, continuó caminando como si nada hubiera pasado.
Al llegar a la otra acera, un mendigo le tendió la mano pidiéndole una limosna; pero el hombre ajeno a las necesidades del otro, siguió su camino cargado con sus preocupaciones.
Llegó a su destino pero antes de entrar, alguien le previno que no lo hiciera; pero el hombre hizo oídos sordos a la advertencia, y subió rápidamente en el ascensor que habría de conducirlo al lugar a donde debía ir.
El elevador tras haber ascendido unos pisos, se detuvo, dejando al hombre varado a oscuras, y sin posibilidad de salir. El hombre comenzó a pulsar la alarma sin que al parecer nadie la escuchara; gritó, golpeó las puertas, presionó botones con la esperanza que el ascensor siguiera su camino, pero ni la alarma, ni los gritos, ni los botones respondían a su desesperación, todo era en vano.
Resignado a su suerte, el hombre se sentó en el suelo del elevador sobrecogido por una gran angustia. De repente el ascensor comenzó a funcionar vertiginosamente y se detuvo en un piso.
El hombre quiso bajar pero al abrirse la puerta, apareció un cartel que decía
ATENCIÓN: AQUÍ ESTUVO A PUNTO UN HOMBRE DE PERDER LA VIDA. El hombre se sorprendió pero no quiso descender. Se cerraron las puertas y el elevador siguió subiendo.
Con la misma carrera alocada, el elevador se detuvo en otro piso; se abrieron las puertas y el hombre se disponía a descender cuando leyó ATENCIÓN, EN ESTE PISO HUBO UN MENDIGO QUE PIDIÓ UNA LIMOSNA Y ALGUIEN SE LA NEGÓ. SI DESCIENDE, PUEDE USTED CORRER LA MISMA SUERTE.
El hombre quedó impresionado, pero no comprendió el mensaje; cerró las puertas y siguió ascendiendo, pero de pronto el ascensor se detuvo tan bruscamente como había subido.
Se abrieron las puertas y el hombre pudo leer con horror ATENCIÓN: EN ESTE PISO ALGUIEN TE ADVIRTIÓ QUE NO DESCENDIERAS. E inmediatamente el hombre se vio envuelto en gruesas columnas de humo y en llamaradas que amenazaban consumirlo.
Pero las puertas del elevador se cerraron, sin que el hombre sufriera daño alguno; el ascensor comenzó a bajar tan rápidamente, como había subido y el hombre salió del alto edificio.
Sorprendido por todo lo que le pasó, se dirigió a su casa. Como estaba muy cansado, se acostó y se quedó dormido.
Pero su sueño no fue tranquilo.
En primer lugar soñó con un auto que lo estaba por atropellar, mientras oía una voz que le gritaba que se detuviera.
Luego soñó con alguien que le tendía una mano, pidiendo una limosna. Por último, soñó con alguien que le decía que no entrara al edificio donde debía ir.
Cuando llegó a este punto de su sueño, se vio en la cabina oscura de un ascensor, y luego una loca carrera hasta el último piso donde un cartel decía ATENCIÓN: ESTE PISO ES EL INFIERNO, SI TE BAJAS EN ÉL, NO TENDRÁS SALIDA.
Al despertar, el hombre recordó que una persona le había dicho que tuviera cuidado porque un automóvil estaba a punto de llevarlo por delante; que otra persona le pedía por favor una ayuda. Por último que otra persona le decía que no ingresara al edificio, que se estaba incendiando.
Al otro día recorrió el mismo camino y se encontró con el siguiente espectáculo: un mendigo yacía muerto, aplastado por las ruedas de un auto; el cortejo fúnebre de un bombero que había muerto el día anterior tratando de salvar una vida en un incendio; y un edificio totalmente quemado.
Finalmente, un cartel que decía ATENCÍÓN: PELIGRO DE DERRUMBE. NO SE ACERQUE AL LUGAR.
Al leer el cartel, el hombre, se alejó del sitio, pensando “Ayer, estuvo en peligro mi vida y no me di cuenta; hoy estoy vivo, y otros me advertían del peligro que corría y yo no prestaba atención”.

Jorge Marcelo Jasnín

01/11/07
Reflexión abierta

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