Leyendo un libro de espiritualidad católica, descubrí que existe oro tipo de apego; el apego a lo espiritual.
¿Pero en qué consiste este apego? Es un apego que nada tiene que ver con las cosas de Dios; es que uno se aferra a las cosas espirituales, de forma consciente o inconciente.
A veces, hacemos cosas con el afán de sobresalir, que se reconozca lo que hacemos (pseudoalturismo); que los otros noten que nos preocupamos por los demás, cuando no estamos haciendo otra cosa que satisfacer nuestro ego.
Creemos que somos mejores, porque poseemos cierto carisma, nos endiosamos, somos los únicos dueños de la verdad y subestimamos a los otros, porque en el fondo somos débiles.
Claro que esto no sucede sólo en el plano espiritual, ocurre en todos los niveles. Pero espiritualmente, esta postura se hace muy notoria, porque si lo hiciéramos desde la perspectiva de Dios, es valedero. Pero si esto tiene que ver con una postura egocéntrica, la cuestión es muy distinta.
Basta ver a sacerdotes, pastores, ministerios y grupos eclesiales que concentran todo el poder en torno a si mismos; son exclusivistas, sectarios y críticos.
Algo parecido, pasa con ciertas personas que son o se creen incuestionables, que hacen las cosas para obtener un rédito (no económico, pero con el sólo fin de satisfacer su yo).
No está mal, buscar la autastisfaccion, pero hay que buscarla silenciosamente. Dijo Jesús: “Que tu mano derecha, ignore lo que hace tu mano izquierda”, también dijo: “Cuando, ores o ayunes, hazlo en secreto porque el Padre que está en el cielo, te recompensará”.
Jorge Marcelo Jasnin
¿Pero en qué consiste este apego? Es un apego que nada tiene que ver con las cosas de Dios; es que uno se aferra a las cosas espirituales, de forma consciente o inconciente.
A veces, hacemos cosas con el afán de sobresalir, que se reconozca lo que hacemos (pseudoalturismo); que los otros noten que nos preocupamos por los demás, cuando no estamos haciendo otra cosa que satisfacer nuestro ego.
Creemos que somos mejores, porque poseemos cierto carisma, nos endiosamos, somos los únicos dueños de la verdad y subestimamos a los otros, porque en el fondo somos débiles.
Claro que esto no sucede sólo en el plano espiritual, ocurre en todos los niveles. Pero espiritualmente, esta postura se hace muy notoria, porque si lo hiciéramos desde la perspectiva de Dios, es valedero. Pero si esto tiene que ver con una postura egocéntrica, la cuestión es muy distinta.
Basta ver a sacerdotes, pastores, ministerios y grupos eclesiales que concentran todo el poder en torno a si mismos; son exclusivistas, sectarios y críticos.
Algo parecido, pasa con ciertas personas que son o se creen incuestionables, que hacen las cosas para obtener un rédito (no económico, pero con el sólo fin de satisfacer su yo).
No está mal, buscar la autastisfaccion, pero hay que buscarla silenciosamente. Dijo Jesús: “Que tu mano derecha, ignore lo que hace tu mano izquierda”, también dijo: “Cuando, ores o ayunes, hazlo en secreto porque el Padre que está en el cielo, te recompensará”.
Jorge Marcelo Jasnin
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