Una vez un hombre acudió a un sabio para preguntarle:
¿Porqué los hombres son seres mortales?
El sabio le respondió
Son mortales, pues de lo contrario, serían iguales a Dios.
El hombre volvió a preguntar:
¿Por qué la vida es tan corta?
La respuesta fue:
No es que la vida sea corta, quieren hacer tantas cosas que no les alcanza el tiempo. La vida, dura lo que tiene que durar, es decir lo que le toca a cada uno cumplir en esta tierra. Pero se afanan en adelantar su ciclo y cuando llega el momento de partir, creen que no les alcanzó el tiempo.
Te hago otra pregunta-. ¿Qué debo hacer para detener el tiempo?
El sabio lo miró con asombro y dijo:
Te daré un consejo; vete hasta donde está aquella roca-. Y señaló una peña-. Trata de juntar el agua que brota de ella, pero no te valgas de ningún recipiente; recógela en tus manos y con lo que hayas juntado, regresa.
El hombre hizo lo que le dijo el sabio, pero por más que juntaba el agua, ésta se le escurría de las manos. Por fin volvió donde se encontraba el sabio, y le dijo que nada pudo recoger del agua que había tratado de juntar.
El sabio le dijo entonces:
¿Has visto lo que sucede con el agua cuando intentas recogerla con las manos? De igual forma ocurre con el tiempo; se desliza por más que trates de impedirlo.
REFLEXIÓN:
¿Porqué los hombres son seres mortales?
El sabio le respondió
Son mortales, pues de lo contrario, serían iguales a Dios.
El hombre volvió a preguntar:
¿Por qué la vida es tan corta?
La respuesta fue:
No es que la vida sea corta, quieren hacer tantas cosas que no les alcanza el tiempo. La vida, dura lo que tiene que durar, es decir lo que le toca a cada uno cumplir en esta tierra. Pero se afanan en adelantar su ciclo y cuando llega el momento de partir, creen que no les alcanzó el tiempo.
Te hago otra pregunta-. ¿Qué debo hacer para detener el tiempo?
El sabio lo miró con asombro y dijo:
Te daré un consejo; vete hasta donde está aquella roca-. Y señaló una peña-. Trata de juntar el agua que brota de ella, pero no te valgas de ningún recipiente; recógela en tus manos y con lo que hayas juntado, regresa.
El hombre hizo lo que le dijo el sabio, pero por más que juntaba el agua, ésta se le escurría de las manos. Por fin volvió donde se encontraba el sabio, y le dijo que nada pudo recoger del agua que había tratado de juntar.
El sabio le dijo entonces:
¿Has visto lo que sucede con el agua cuando intentas recogerla con las manos? De igual forma ocurre con el tiempo; se desliza por más que trates de impedirlo.
REFLEXIÓN:
Ni la vida, ni el tiempo están en nuestras manos. Todo lo que tiene que cumplirse, ha de cumplirse inevitablemente.
Cuando venimos al mundo con una misión; revertir ciertas cosas, está a nuestro alcance. Torcer el destino, también está en nuestras manos, pero puede volverse en contra.
Jorge Marcelo Jasnin
Cuando venimos al mundo con una misión; revertir ciertas cosas, está a nuestro alcance. Torcer el destino, también está en nuestras manos, pero puede volverse en contra.
Jorge Marcelo Jasnin
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